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El movimiento revolucionario latino americano 

 

El movimiento juvenil y las tareas de los P P. Comunistas

Informantes: Ghitor y Schiappapietra - Discusión

Décima novena sesión, realizada el 10 de junio

PRIETO. (Presidente). -- Tiene la palabra el compañero informante sobre “El movimiento juvenil y las tareas de los Partidos Comunistas”.

GHITOR. (S. S. A. de la I. J. C.). -- Camaradas: Uno de los asuntos de mayor importancia que se presenta a cada uno de los partidos comunistas latinoamericanos, es el de consolidar o crear las juventudes comunistas. Antes de indicar concretamente las tareas que compiten a los partidos, conviene señalar los hechos que determinan el rol especial que está destinado a la juventud en el movimiento revolucionario.

En general, señalemos que el rol de la juventud trabajadora aumentaba extraordinariamente en el período actual, por dos causas: 1° por el aumento de los peligros de guerra imperialista, y 2° por la "racionalización" de la industria, que reduce el tiempo de aprendizaje hasta llegar a su supresión, y que provoca una sustitución de la mano de obra de los adultos por la mano de obra juvenil.

El rol de la juventud trabajadora en la producción, es aún mayor en la América latina, donde la industria naciente utiliza su mano de obra cada vez en mayores proporciones y donde en la agricultura, especialmente, es explotada inhumanamente. Precisamente, la extraordinaria explotación de la niñez y de la juventud constituye una de las características salientes de los países coloniales y semicoloniales, entre los cuales se encuentran los nuestros.

La explotación de la juventud.

Siendo los países latinoamericanos esencialmente agrícolas, la explotación de los niños, de los adolescentes y de los jóvenes, se realiza en grado superlativo en la campaña. ¿Cuál es la estructura del campo en América latina, y cuáles las relaciones entre las clases? Subsisten fuertes supervivencias feudales y semifeudales (yerbales, ingenios, "fazendas", obrajes, plantaciones de frutas, tabaco, etc.). Esas supervivencias son mantenidas por el imperialismo que tiene - en el atraso de la campaña, - mano de obra: "oro humano", abundante y barato. Ahora bien; cuanto mayor es el atraso de la campaña, y el desarrollo capitalista de nuestros países se efectúa manteniendo relaciones feudales en la producción agrícola, mayor es la intervención de los niños y de los jóvenes en la agricultura, más intensa es la explotación que deben soportar. La juventud trabaja en la campaña, sin leyes especiales que la proteja, debiendo realizar los trabajos más penosos.

En la industria, la explotación no es menor; paulatinamente, desaloja la mano de obra de los adultos. Para ellos, no existen escalas de salarios; olvidados, - por lo general-, en los pliegos y las reivindicaciones de los sindicatos, están a merced del patronato, que les paga salarios caprichosos e ínfimos. Esa explotación aumenta por la falta del aprendizaje como institución; el niño obrero que ingresa a la fábrica, sirve inicialmente como doméstico mientras aprende su profesión; de esa, manera el aprendizaje es lento y la explotación brutal se prolonga durante años.

Hemos hablado del atraso de la campaña en América latina. Para las faenas rurales, la mano de obra bruta no necesita conocimientos especiales; y los Estados, - sometidos al yugo imperialista-, mantienen la ignorancia y los prejuicios entre la gran población campesina.

La miseria de los jóvenes se cumple por dos procesos distintos, que marchan a la par:

1° Por un lado, los jóvenes sustituyen en la industria, a los adultos; 2°  por el otro, en el campo, la concentración capitalista que se cumple ininterrumpidamente, obliga la introducción de máquinas. Paralelamente a esa maquinización de la agricultura, aumenta la explotación y la desocupación de los jóvenes.

La explotación de la juventud y de la niñez determina, pues, un empeoramiento general de la situación de la clase trabajadora. "Cuanto más fuerte es la explotación del trabajo infantil, tanto peor es la situación del obrero y tanto más difícil su existencia". (Lenín).

La lucha por la conquista de la juventud.

El problema de la juventud es hoy, en todo el mundo, de capital importancia. En Europa se está librando una verdadera batalla por la conquista de la juventud; la burguesía intensifica, por todos los medios, su ofensiva por la conquista y la neutralización de la lucha de la juventud explotada. En esa tarea son respaldados por los social-fascistas. Por su parte, el movimiento revolucionario, comprendiendo el rol fundamental de la juventud, se preocupa también por la incorporación de la juventud obrera a las luchas generales del proletariado.

En América latina, tenemos un cuadro similar. Todas las fuerzas de la burguesía se preocupan por la atracción de la juventud; en ese sentido, el deporte constituye un medio eficaz. Los "socialistas", donde tienen influencia, también se hallan empeñados en extender su movimiento juvenil, para cumplir con la obra de domesticamiento de la clase trabajadora. Pero en América latina, son los conglomerados demagógicos de la burguesía que extienden su influencia a grandes capas de la juventud explotada. (Irigoyenismo en la Argentina, Demócratas en Brasil, Battlismo en el Uruguay, Liberales en Colombia, etc.).

Y debemos reconocer que en esa obra por la conquista de la juventud, la burguesía nos lleva una gran ventaja, dada la despreocupación del movimiento revolucionario por este vital problema.

LOS PARTIDOS DEBEN LUCHAR POR LA CONQUISTA DE LA JUVENTUD, por varias razones:

1º Para organizar a una parte importante de la clase obrera, realizando así el frente único en la lucha de jóvenes y adultos.

2º Por la necesidad que tienen nuestros Partidos de extender su influencia al campo. La conquista de la juventud campesina es menos dificultosa que la de los campesinos adultos, lo que facilitará nuestra penetración en el campo.

3º Por las necesidades de la lucha anti-militarista. Frente a la reacción que se extiende cada vez más, con la utilización consiguiente de la burguesía de sus fuerzas armadas, para reprimir el movimiento revolucionario, y frente al aumento de los peligros de guerra imperialista, se hace más indispensable que nunca, la propaganda de disgregación en el seno de los ejércitos capitalistas.

4º La necesidad que tienen los jóvenes Partidos latinoamericanos de fortalecer sus cuadros, y sobre todo, de renovarlos con gente jóven que no venga a nuestro movimiento con las taras propias del lugar de procedencia. (taras reformistas, anarco-sindicalistas, intelectualistas, etc.) .

El trabajo entre la juventud es relativamente fácil, por dirigirse a una capa del proletariado más accesible. Y para realizarlo, se requiere una organización especial. LA JUVENTUD COMUNISTA, que por ser más amplia que la del Partido, está en mejores condiciones de atraer a su seno importantes capas del proletariado juvenil.

La lucha contra los adversarios.

Es claro que nuestro movimiento juvenil comunista se desarrollará y templará ideológicamente en las acciones de masas; pero no debe olvidar la existencia de los movimientos juveniles adversarios; hablamos en primer lugar de los "socialistas", que en América Latina tienen una influencia pequeña y solamente en algunos países (Argentina, México, Uruguay). En dichos países están empeñados en su tarea de domesticar a la juventud. Sus organizaciones juveniles, son organismos culturales y deportivos, pero en ningún momento, de lucha. En segundo término, hablemos de los anarquistas, que si bien no tienen organizaciones especiales para la juventud, extienden a élla su influencia. PERO EN VERDAD, LAS ORGANIZACIONES ENEMIGAS QUE MAYOR ARRAIGO TIENEN EN EL SENO DE LA JUVENTUD TRABAJADORA DE AMÉRICA LATINA, SON LAS QUE ENCARNAN LOS MOVIMIENTOS NACIONALES-REFORMISTAS, QUE DIA A DIA CON MAYOR VIGOR TOMAN LAS CARACTERÍSTICAS DE MOVIMIENTOS NACIONALES-FASCISTAS. Por su demagogia y por los medios poderosos de que disponen, logran el propósito de atraer a la juventud, y por eso deben ser nuestros peores enemigos, y la lucha contra éllos en todos los terrenos, debe efectuarse sin cesar.

La juventud pequeño-burguesa e intelectual.

Al hablar de los movimientos enemigos, debemos reservar un capítulo especial al movimiento de la juventud pequeño-burguesa e intelectual. No hay que olvidar la influencia que ejerció y aún ejerce en algunos países, especialmente por su demagogia, encubierta por toda una ideología confusa. Su expresión máxima es el llamado movimiento de la reforma universitaria, surgido en Córdoba (Argentina) en el año 1918, y que rápidamente se extendió por toda Latino América, ejerciendo por momentos marcada influencia en los movimientos sociales.

El movimiento de la reforma universitaria, después de seguir una curva ascendente, claudicó en sus principios fundamentales y hoy está en un período degenerativo, provocado, entre otras causas, por la influencia de los partidos demagógicos de la burguesía. En la Argentina, cuna del movimiento de la reforma universitaria, la intromisión del irigoyenismo ha marcado la aceleración de ese proceso corruptivo.

Su claudicación y corrupción es, en definitiva, el producto de su ideología confusa en que predominan los elementos de los ideólogos burgueses. Creo que, - aún a trueque de extenderme un poco, - es necesario analizar algunos de los principios que informan a la reforma universitaria, ya que en algunos países pretende jugar un papel revolucionario (Paraguay, Colombia), siendo entonces fundamental determinar la actitud que frente a éllos deben asumir las juventudes comunistas.

Veamos, por ejemplo, la actitud que adoptan frente al problema social: '' ... en que el nuevo ciclo de civilización que se inicia, cuya sede radicará en América porque así lo determinan factores históricos innegables, exige un cambio total de los valores humanos, y una distinta orientación de las fuerzas espirituales en concordancia con una democracia amplia, sin dogmas ni prejuicios" (Orden del dia de la Federación Universitaria de Córdoba, junio 1928).

El problema social es para la reforma, en primer término, un problema espiritual. En el Congreso Internacional de estudiantes reunido en México en 1921, se declara, por ejemplo, que el problema social es un "problema de cultura". La consecuencia lógica es que mediante una renovación social, propiciada por los elementos que constituyen la "inteligencia", sin participación o con participación secundaria de las masas explotadas, se soluciona el problema social.

Ante el problema de los peligros de guerras imperialistas y del militarismo la reforma se alienta por principios "pacifistas", "humanitarios", de "concordia entre los pueblos". "declaran que vé con intensa simpatía todos los esfuerzos que se hagan en favor de la concordia universal". (F. U. Argentina, llamamiento, octubre 1920). "La Federación Universitaria Argentina acompaña con entusiasmo a la Federación de Estudiantes de Chile en su campaña pacifista, inspirada en principios y sentimientos que considera del más sano y puro patriotismo". (Junio de 1920). En el punto 5 de la resolución del anteriormente citado congreso de México se propicia el arbitraje obligatorio para las diferencias internacionales.

Sánchez Viamonte, uno de los maestros de la Reforma, en los momentos en que arreciaba la campaña armamentista en América latina, decía: "El armamentismo, fruto de anacrónicas intrigas diplomáticas, es un fantasma que sólo puede subsistir en el ambiente favorable de la superstición política". En otras palabras: el armamentismo es simplemente un fantasma que se puede hacer desaparecer mediante una diplomacia de puertas abiertas o mediante un régimen en que "impere la más amplia democracia".

Cuando la reacción se cernía sobre las organizaciones que se orientaban con la ideología confusa de la reforma, en vez de resistir, adoptaban una cobarde actitud pasiva:

"que se abstendrá en adelante de hacer nuevas manifestaciones de doctrina, mientras no vuelva la serenidad al espíritu de algunos chilenos que desgraciadamente la han perdido" ;

 "que compadece a las turbas clericales y oligárquias que ayer han asaltado y saqueado cobardemente su hogar, y los emplaza para el día, si por desgracia llega, en que un verdadero peligro exterior nos amenace. ENTONCES VERÁ EL PAÍS SI ES LA JUVENTUD DORADA DE SANTIAGO O SON LOS ESTUDIANTES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE QUIENES PRIMERO SABEN MORIR EN DEFENSA DEL DERECHO Y DE LA DIGNIDAD DE LA REPÚBLICA". (Declaración de la Federación de Estudiantes de Chile, después del asalto de su local. Julio, 1920).

Los reformistas universitarios, los propulsores de una nueva civilización "cuya sede radicará en América" renuncian a hacer propaganda de sus "doctrinas" y esperan la guerra para demostrar quienes son los "verdaderos" patriotas.

Y si frente a estos problemas fundamentales hemos podido descubrir estos principios tan extraños al movimiento revolucionario, después de leer muchas páginas de prosa insustancial y de huecas declaraciones, ante el problema del imperialismo adoptan posiciones no menos repudiables, a pesar de pretender monopolizar la acción antiimperialista.

Veamos, por ejemplo, la concepción imperialista de uno de los pontífices máximos de la reforma en América latina ("maestro" es el calificativo que se prodiga con harta generosidad), José Ingenieros, el orientador de la lucha antiimperialista según Haya de la Torre:

"Su extensión territorial (habla de la Argentina), su fecundidad, su población blanca, su clima templado, la predestina al ejercicio de la función tutelar sobre los demás pueblos del continente".

¿Necesita, por ventura, comentarios, este trocito sin desperdicios, que en el fondo justifica todos los atropellos y crímenes monstruosos del imperialismo? Los imperialistas, de cualquier bandería, no emplean otro lenguaje: superioridad racial, acción civilizadora, etc.

Pero la ideología antiimperialista de la Reforma aparece mejor definida en los documentos del A. P. R. A. esa híbrida organización fundada por Haya de la Torre. En los momentos de la invasión a Nicaragua por las tropas yanquis, el grupo de París lanzaba un manifiesto en que, entre otras cosas, se decía:

"Un frente único de los pueblos es necesario. El imperialismo yanqui es el enemigo del mundo". (1927) .

En primer lugar: el vocablo "pueblo" es muy amplio. Las burguesías nacionales, parte integrante de los pueblos, son los agentes del imperialismo en el interior de cada país. Para la lucha contra el imperialismo se requiere la unión de los explotados de todo el continente - obreros y campesinos-, comprendidas también las masas trabajadoras de la América del norte. Por otra, "si el imperialismo yanqui es el enemigo del mundo", ¿quiere decir, por ventura, que el inglés, el nipón, etc, no lo son? Las masas laboriosas tienen en el imperialismo a su enemigo y contra él deben luchar con las armas en la mano. Y en la América latina la lucha antiimperialista debe dirigirse contra dos sectores: el imperialismo inglés y el imperialismo yanqui, ya que ambos dominan en nuestro continente y ya que sus rivalidades son las que determinan una mayor explotación de las masas.

No comentaremos el programa del APRA (1926), "partido revolucionario anti-imperialista, que constituye un movimiento autónomo latino-americano sin ''ninguna intervención o influencia extranjera", etc., ya que de su orientación e ideología, los compañeros podrán encontrar abundantes referencias en el folleto de Mella: "¿Qué es el APRA?" Pero para los apristas, no hay más imperialismo que el yanqui ni otra solución que la unidad política de América latina", y "la internacionalización del Canal de Panamá".

En el movimiento de la Reforma, en general, entre la juventud pequeño-burguesa e intelectual, se está produciendo una diferenciación. Mientras una parte claudica ante las burguesías nacionales y ante el imperialismo, otra mantiene aún la bandera de combate anti-imperialista. Ese proceso se produce porque una gran parte de la pequeño burguesía sufre la presión política y económica del imperialismo. Es claro que será necesario aprovechar esas fuerzas potencialmente revolucionarias. El organismo que permitirá tal cosa, deberán ser las secciones juveniles de las ligas antiimperialistas. Evidentemente que entre los mejores habrá que adherir a la juventud comunista a los que hayan demostrado mayor adhesión al movimiento proletario, y más espíritu de lucha. Pero será necesario siempre mantener en la composición social de nuestras  juventudes (tanto en la base como en la dirección), una mayoría obrera. En ese sentido, no habrá que incurrir en el error de los compañeros de Colombia, que constituyeron la juventud comunista únicamente con elementos venidos del campo estudiantil.

El movimiento sindical y la juventud.

Pasando a otro aspecto del problema de la juventud, hablaremos ahora del movimiento sindical y la juventud. Es de hacer notar en primer término, la despreocupación que los sindicatos han tenido hasta el presente, por los problemas de la juventud. Ni reivindicaciones especiales, ni cláusulas especiales en los estatutos, que permitan el ingreso de los jóvenes y la atracción de los mismos, ni ningún trabajo tendiente a la conquista de la juventud. Es claro que en este cuadro general, hay algunas excepciones honrosas. En los conflictos generales del proletariado, en las huelgas, los jóvenes participan, pero no como tales, sino integrando el movimiento de los adultos. Y los movimientos de huelgas nos indican  que el número de jóvenes que, participan en las luchas aumenta sin cesar. Por otra parte, en los últimos tiempos, se consignaron el caso de numerosas huelgas de jóvenes, iniciadas por jóvenes, sin que se contara con una ayuda, o preocupación especial por parte de los sindicatos. Nada tenemos que esperar, por cierto, de los dirigentes reformistas. Los sindicatos que están dirigidos por ellos, harán siempre lo posible para evitar que la juventud se organice. En este aspecto, también hacen a maravilla, la política burguesa dentro del movimiento obrero. Pero los sindicatos revolucionarios, deberán prestar mayor interés al problema de la juventud.

En los últimos tiempos, se ha percibido una interesante reacción. El Congreso Sindical de Montevideo, trató el problema en un punto especial de la orden del día. En dicho Congreso, se resolvió que los sindicatos deben constituir, para la atracción de la juventud, secciones juveniles. Llamamos la atención de los compañeros delegados sobre la importancia de dicha resolución que no debe quedar en el papel; las fracciones comunistas sindicales, deben preocuparse por hacerlas cumplir. Evidentemente, la aplicación de esta resolución, reportará grandes ventajas para el movimiento revolucionario, al permitir la incorporación, en las luchas de clases, de las fuertes falanges de la juventud obrera. Hacemos notar que en parte, esa resolución ya ha sido cumplida, pues la C. G. T. del Uruguay y del Brasil, han creado, al lado de los Comités Centrales, encargados especiales de la juventud.

El movimiento deportivo

Pasando a otros aspectos de la actividad de la juventud, recordamos que a ella corresponde la atención del movimiento deportivo rojo. El deporte es una de los métodos predilectos de la burguesía, para la domesticación de la juventud. Mediante el deporte rojo, que en Uruguay y Argentina, logró éxitos indiscutibles, hemos de lograr, nosotros también, la conquista de la juventud trabajadora.

Volvemos a insistir sobre la importancia del movimiento juvenil en los movimientos revolucionarios, sobre todo en las luchas armadas. La experiencia china nos demuestra que en los países coloniales y semi-coloniales, en el transcurso de la lucha misma, es posible el desarrollo y fortalecimiento de las juventudes comunistas. "Por dicha juventud, estaban en gran parte compuestas las organizaciones revolucionarias y los ejércitos campesinos de China, las guerrillas coreanas en lucha contra los colonizadores japoneses y los participantes en la heroica insurrección de la Indonesia". (Tesis colonial del VI Congreso de la I. C.).

El deber de los Partidos

Como los camaradas delegados habrán escuchado, el problema de la juventud es, como decía Liebknecht, "el problema vital". Por eso es que los Partidos deberán preocuparse por fortalecer las federaciones ya existentes y crearlas donde no existan. Ese deber que nosotros recordamos y que lo imponen las circunstancias, es ineludible para cada uno de nuestros Partidos. ¿De qué manera ayudar al movimiento de la juventud? Aplicando estrictamente la resolución de la presente Conferencia sobre el movimiento juvenil, y, poniéndonos en relación con el Secretariado Sudamericano de la Internacional Juvenil Comunista, que proporcionará a los partidos, la ayuda política y organizativa necesaria, para poder cumplir con éxito el trabajo.

"Estimando que este cambio de táctica hacia la acción de masas es necesario, el Congreso exige de parte de todas las Secciones de la I. C. y del C. E. de la I. C., que se conceda una ayuda más sistemática a las organizaciones de la juventud comunista, y que éstas sean dirigidas de una manera más regular". (Tesis política del VI Congreso de la I. C.).

A cumplir, pues, con las resoluciones del VI Congreso y con nuestras propias resoluciones. (Muy bien. Aplausos).

SCHIAPPAPIETRA. - (S. S. A. de la I. J. C.). Coinformante. - Camaradas: El compañero Ghitor, en su informe, ha tocado ya los aspectos fundamentales del movimiento juvenil comunista. Yo voy a referirme, especialmente, a las características del movimiento juvenil en América Latina y a las vinculaciones que deben existir con los Partidos.

En general, el movimiento de la juventud se caracteriza en América Latina, por su debilidad, falta de tradición y reciente desarrollo. No existen fuertes organizaciones revolucionarias de la juventud, así como tampoco el movimiento orgánico de la burguesía adquirió hasta el presente grandes impulsos. Este segundo hecho, es una consecuencia directa del primero. La burguesía realizó hasta el presente, la obra de domesticación de la juventud obrera y campesina con organizaciones auxiliares (deporte, etc.), pero, actualmente, en que las relaciones de clase se hacen tirantes, en que los conflictos sociales se agudizan, observamos la preocupación de las fuerzas organizadas de la burguesía, por crear organizaciones juveniles a las que se asigna un rol definitivamente político.

El movimiento de la juventud comunista es reciente. Data de 1921 en la Argentina, de 1923 en el Uruguay, de 1925 en México, de 1928 en el Brasil. En los demás países (Ecuador, Colombia, Paraguay, Chile, Cuba, etc.) , está aún en tren de formación. Y solamente en la Argentina ese movimiento cuenta con tradición juvenil, puesto que tiene sus orígenes en las juventudes socialistas, cuyos primeros pasos, fueron dados en 1912 y cuyo período álgido de desarrollo fueron los años de 1915-17. Esas juventudes socialistas participaron en la lucha contra los dirigentes social-traidores y contribuyeron a constituir, en 1918 al Partido Socialista Internacional, hoy Partido Comunista.

Otra característica del movimiento juvenil, es que surge a la vida como organización auxiliar de los Partidos Comunistas, de las organizaciones de adultos. Este hecho es lo que determina, en buena parte, el estancamiento relativo de nuestras federaciones, ya que se despreocupaban de una serie de problemas prácticos que interesaban directamente a las masas juveniles.

Así, por ejemplo, se desarrolla únicamente como movimiento obrero. El movimiento estudiantil se desarrolla y degenera antes de la formación de las juventudes comunistas, lo que determina el hecho de que en la organización de éstas no hayan jugado los estudiantes un rol de importancia. Este fenómeno lo podemos constatar en la Argentina y en México. En cambio, en algunos países, en que la Reforma Universitaria aún no se ha cumplido, es dable esperar que en la organización de la juventud comunista intervengan como factor importante algunas capas del movimiento estudiantil.

Las organizaciones de la juventud comunista adolecen, tanto desde el punto de vista político como orgánico, de una serie de fallas más o menos fundamentales. Por otra parte, debe vencer una serie de obstáculos que se interponen en su desarrollo, sin cuya eliminación sería imposible un amplio movimiento de la juventud comunista, capaz de cumplir con las grandiosas tareas que le están reservadas.

Señalemos estos obstáculos y fallas.

1°  Los afiliados, la cantidad de adherentes es mínima; los cuadros, insuficientes. Las fuerzas numéricas, pues, están en desproporción con respecto a las tareas inmensas que a la juventud corresponde atender. Hay que fortalecer numéricamente a las federaciones juveniles comunistas.

2°  El nivel político de los afiliados a las juventudes comunistas, y también de la dirección, es muy bajo. Fuera de las nociones generales del movimiento revolucionario, no se conocen ni comprenden los problemas teóricos y tácticos que se nos plantean diariamente. Es evidente, pues, que así no se puede cumplir una gran acción revolucionaria. Hay que fortalecer políticamente a las federaciones juveniles comunistas.

3°  La lucha económica sindical ha sido siempre descuidada por nuestras federaciones. Se ha conducido deficientemente. Aún nuestras federaciones no tienen, por lo general, reivindicaciones económicas concretas para cada rama de la industria, para los jóvenes explotados en el campo. Exactamente la misma consideración podríamos hacer para el trabajo anti-militarista.

4°  Nuestras organizaciones se caracterizan por la insuficiencia del trabajo interior. Células, comités de barrio o región, centros, grupos, despliegan su actividad mecánicamente; poca discusión, reducida intervención de todos en la adopción de resoluciones y en la actividad diaria.

5°  Nuestras federaciones, en sus primeros pasos, fueron un reflejo del movimiento juvenil europeo. Esta situación perdura aún, aunque en algunas federaciones se están realizando esfuerzos serios para superar ese período. Nuestros países tienen problemas propios que surgen de sus características semi-coloniales; no podemos aplicar en éllos, los métodos, la táctica de nuestras organizaciones hermanas europeas. Debemos, por el contrario, estudiar las condiciones objetivas del continente y de cada país, analizando cada problema teórico que surja.

6°  Las federaciones, en su faz orgánica y en la forma de conducir los trabajos, son un calco de las organizaciones de adultos. Pequeños partidos comunistas, desmejorados. La juventud comunista debe tener sus organizaciones propias; debe adaptarse a las costumbres, modalidades, psicología de la juventud obrera; debe renovar sus métodos de trabajo.

7°  Otro defecto capital del movimiento juvenil latinoamericano, es su limitación nacional. Cada federación limita sus tareas y actividades, al marco del país en que actúa. Entre las distintas federaciones de América Latina, no existe una ligazón que permita conducir la lucha continentalmente. Y sin embargo, éllo es indispensable, no sólo para intercambiar experiencias, sino porque los países latinoamericanos están ligados entre sí por muchos factores, siendo el principal, la lucha contra los enemigos comunes: los imperialismos inglés y yanqui.

Paso ahora a referirme al apoyo que los Partidos Comunistas deben prestar al movimiento juvenil, asunto ya tocado por el compañero Ghitor. Las juventudes comunistas no se podrán desarrollar, sino cuentan con un fuerte apoyo inicial de los Partidos. (Lee párrafos de la resolución que se presenta a los informes de los compañeros Ghitor y Schiappapietra. Quiero decir, sojuvenil).

Esperemos que como resultado práctico de esta Conferencia, se fortalezcan y creen las juventudes comunistas, y aumente la ligazón entre las juventudes y los Partidos en todas las instancias de la organización. Nada más.

(Aplausos)     

BRACERAS. (Cuba). - Compañeros: Voy a decir pocas palabras. Adhiero a los informes de los compañeros Ghitor y Schiappapietra. Quiero decir, solamente, que en ellos se olvidaron de un asunto fundamental, cuáles el de atraer a los jóvenes negros. Hay que interesar a las organizaciones deportivas, sobre todo, por la atracción de los jóvenes de color. He de hacer notar que entre los obreros negros ha habido un retraimiento, porque se encuentran molestos. Contra esos prejuicios que interesadamente propaga la burguesía, hay que luchar y en esa lucha, la juventud debe ocupar el primer lugar. Nada más.

GHITOR (Informante). - Por ·supuesto que no pretendo cerrar una discusión… que no se ha hecho. La poca discusión de los delegados puede significar que han comprendido perfectamente la importancia del problema juvenil, así como puede significar, también, que se despreocupan de él. (protestas) La observación de Braceras es muy justa. No sólo nos hemos olvidado del problema de los jóvenes de color, sino también al que se refiere a los jóvenes indios, tan importante, sin embargo, en América Latina. Esa tarea corresponde a la juventud: estudiar y aplicar los métodos más convenientes para atraer hacia el movimiento revolucionario a las juventudes de color e indígena. He terminado.

Véase '' Correspondencia Sudamericana'', Nº 15.

 


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