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El movimiento revolucionario latino americano 

 

 Cuestiones de Organización

Informante: Ghitor - Discusión

PRESIDE PRIETO. (Colombia).

GHITOR. (Argentina). - Compañeros: Informaré brevemente en nombre de la Comisión encargada de estudiar los problemas de organización y redactar una resolución al respecto. Los trabajos de esta Comisión se han visto bastante entorpecidos a causa de la no llegada del compañero Castelli, del Partido Comunista del Brasil, designado como miembro informante. Por eso es que he tenido que 'improvisarme" como informante. Empezaré por señalar la importancia que tiene para todos los Partidos Comunistas el problema de organización; esa importancia es aún mayor para los partidos de América latina, cuyas organizaciones son aún muy débiles e insuficientes.

El III Congreso de la Internacional Comunista, al dar a los partidos la consigna de "Ir hacia las masas", de transformarse en partidos de masas, señalaba también cuál era el cambio de estructura que debían realizar en la organización para hacer posible la aplicación de la consigna lanzada. Para aplicar esa consigna es que se resolvió transformar las organizaciones sobre la base celular. Las células son los órganos que permitirán a los partidos conocer mejor, conquistar y dirigir eficientemente, a las grandes masas de trabajadores.

Es evidente que los problemas de organización no se pueden plantear abstractamente, sino ligándolos a los grandes problemas políticos que nos preocupan. Esta Conferencia ha señalado la necesidad para nuestros Partidos de modificar su composición social, de intensificar el trabajo sindical, etc. La composición social de los partidos es deficiente, porque en su gran mayoría están integrados por obreros de industrias secundarias de la economía, por artesanos, y en algunos casos por elementos de la pequeño burguesía. Se ha señalado con insistencia que nuestro movimiento debe dejar de desarrollarse tan sólo en las ciudades parasitarias, y extenderse al campo, a las minas, a las plantaciones, etc., donde están agrupadas las grandes masas de trabajadores. Durante el transcurso de los debates, especialmente cuando se discutían los problemas de táctica, se insistía sobre la necesidad de aplicar la táctica del frente único mediante los bloques obreros y campesinos así como la da fortalecer el trabajo sindical.

Siendo esos los problemas fundamentales del movimiento comunista latinoamericano, la organización debe adaptarse precisamente a ellos. ¿Cómo lograr esos objetivos?

1º Mediante las células de empresa; 2º mediante los bloques; 3º mediante el trabajo sindical dirigido por las fracciones correspondientes.

Antes de continuar, debemos explicar un poco cuál es la situación de nuestros Partidos desde el punto de vista organizativo. Podemos afirmar que en la mayor parte del continente todo es rudimentario y queda mucho por hacer. Solamente los Partidos de la Argentina, México, Uruguay y Brasil poseen una organización consolidada, con cierta experiencia, y donde se experimentó ya el sistema celular, sobre cuya base funcionan en gran parte. En el resto de los países, nuestros Partidos son orgánicamente débiles, sin principios de organización definidos y constituidos, por lo general, sobre la base de centros territoriales.

Tomemos como ejemplo el caso de Colombia, donde se cuentan como afiliados al Partido a todos los adherentes a los sindicatos, donde la organización del Partido y la sindical se confunden. En esas condiciones, evidentemente no se puede contar con una verdadera vanguardia del proletariado, disciplinada y consciente. Para Colombia, nuestros compañeros dan 70.000 afiliados y 300.000 simpatizantes, considerándolos así a todos los que integran o participan del movimiento sindical.

En el Ecuador hay 3.000 afiliados al Partido, pero por deficiencias serias de organización - allí el Partido está constituído sobre la base territorial - un mínimo de compañeros es el que activa y lleva toda la responsabilidad en el trabajo del Partido. Esta situación se repite para los demás Partidos con algunas leves variantes. Hay países - Chile, por ejemplo, - donde el Partido sufrió ruidos golpes por la reacción y debe funcionar ilegalmente.

            Pero sea cualquiera la situación de nuestros Partidos, todos sin excepción si aún no lo han hecho, deben cambiar su forma de organización territorial y tener a las células como organismos básicos. Todos los partidos deben transformarse sobre esa base, no habiendo ningún motivo que pueda determinar la adopción de otro sistema. En una reunión especial de la Comisión explicaremos en detalle cómo se constituyen y funcionan las células, qué trabajo deben realizar, etc. Por ahora señalamos que las células pueden ser de dos clases: de empresa (existente en cada establecimiento, fábrica, plantación, obraje, mina, etc.), y de calle, en aquellos lugares (ciudades o pueblos) en que hay que agrupar a los compañeros que no pueden integrar las células de otro tipo. Pero las células de empresa - y eso es fundamental - deben constituir la base de nuestros Partidos y para lograr ese fin es que hay que orientar todos nuestros trabajos de organización.

En la resolución se establecerá claramente cuál deberá ser la organización en los pueblos y ciudades, en las zonas, provincias y en el conjunto de la nación (comités locales, comités de zona, comités provinciales y comité central).

Es cierto que sobre estas bases habrá que reorganizar y reajustar a nuestros Partidos. Pero hay que comprender que ese trabajo no podrá realizarse de la noche a la mañana. Deberá ser un trabajo constante en el que se advertirán muchas deficiencias, que deberán ser resueltas sobre el terreno mismo. Es muy peligroso- la experiencia así lo dice - proceder a la aplicación mecánica de estas normas. El trabajo de organización no debe paralizar la actividad normal del Partido y debe hacerse simultáneamente con ella.

            Referente a la organización de los bloques obreros y campesinos, no hace falta extendernos respecto a su forma de funcionamiento. Leo sólo la parte de la resolución que se refiere a este asunto . Como ven los compañeros, en la resolución se señala las características centrales de los bloques, remarcando las observaciones principales que se hicieron sobre ellos en la presente Conferencia. Son organismos de masa que permiten la aplicación de la táctica del frente único por la base, que deben constituirse sobre la base de adhesiones colectivas y que, en ningún momento, sustituirán al Partido. No me extenderé en señalar la experiencia de los bloques en México, Brasil y la Argentina, porque ya ha sido puestas de relieve en discusiones anteriores.

Respecto al trabajo sindical recuerdo que es esencial en los presentes momentos para el movimiento comunista latinoamericano. Por ello, las direcciones de nuestros Partidos deberán prestar especial atención al funcionamiento de las fracciones sindicales. Hay que recordar insistentemente lo que se ha repetido hasta el cansancio: no basta una buena línea sindical, no bastan fracciones más o menos activas para ganar la confianza de las masas. Las masas nos acompañarán al cien por ciento cuando sepamos poner al servicio de una buena línea, espíritu de trabajo, de sacrificio y de abnegación.

Algunas palabras respecto al problema juvenil y femenino. Ya se ha señalado varias veces la importancia que tiene el desarrollo de Federaciones Juveniles fuertes y disciplinadas; pero dichas Federaciones no podrán tener un fuerte y rápido desarrollo si no cuentan con el apoyo incondicional de los Partidos.

Para terminar, compañeros, haré algunas indicaciones que será necesario tener en cuenta al encarar el problema de la reorganización.

1º  La reorganización hay que hacerla sin perder afiliados. La experiencia dice que cuando se hace en forma excesivamente mecánica, muchos afiliados se pierden.

2º  No hay que perder de vista las situaciones inmediatas revolucionarias o abandonar la actividad de masas. Son varios los países en que existen situaciones de luchas intensas y no es admisible que nuestros Partidos se abstengan de participar en ellas por "debilidad de nuestras fuerzas, por insuficiencia de los cuadros o por falta de organización". Tampoco es admisible que debido a las actividades inmediatas se postergue indefinidamente la reorganización de los Partidos. Los comités centrales deben estudiar la manera de atender ampliamente el movimiento de masas y cumplir, al mismo tiempo, el proceso de reorganización interna.

3º Hay que recordar que en las bases de las organizaciones comunistas está el centralismo democrático. Los Partidos deben tener una dirección central fuerte, homogénea, respetada por la base; en su seno debe reinar el espíritu de rígida disciplina. Pero la garantía de la buena aplicación de estos principios radica en la democracia interna que debe existir en los Partidos y en la aplicación constante de la autocrítica.

4º Hay que asegurar la elasticidad de nuestras organizaciones; necesitamos organismos ágiles y no pesados que obstaculicen la acción general del Partido. Esto se logrará asegurando la dirección y el trabajo colectivos.

5º Los comités centrales deberán preocuparse seriamente de la capacitación de la masa de afiliados, ya que el nivel político medio de nuestros afiliados es muy bajo. Pero hay que recordar que la capacitación de los compañeros ha de hacerse, principalmente, relacionándola con la actividad y lucha cotidianas de los Partidos. "Sin trabajo, sin lucha, el conocimiento libresco del comunismo, agotado en las obras y folletos comunistas, no tiene ningún valor; porque no haría más que perpetuar el antiguo abismo entre la teoría y la práctica que era uno de los rasgos más característicos de la antigua sociedad burguesa". ( "Lenin y la juventud", 1920).

6º Para los Partidos latinoamericanos existe un problema fundamental cual es el de crear el "tipo de militante comunista apto para el trabajo en los centros fundamentales de la economía de nuestros países". Se ha comprobado que tenemos muy pocos camaradas capaces de trabajar en la campaña argentina, en las "fazendas" brasileñas, en los platanales colombianos, entre los indios peruanos, etc. Plantear, como lo hacía un camarada mexicano, la obligación para los militantes de la ciudad de ir al campo, no es, por cierto, la solución de este problema. Será necesario que los Partidos se preocupen por atraer a sus filas a elementos que puedan cumplir con la responsable y difícil tarea de ser propagandista, agitador y organizador en las zonas en que se agrupa la gran masa de explotados latinoamericanos.

Es cuanto tenía que decir para fundamentar brevemente el proyecto de resolución que ya conocen los compañeros delegados. (¡Muy bien!) .

GABRINETTI. (Brasil). - Compañeros: Empezaré por decir que es grave el hecho del poco interés que demuestran algunos compañeros delegados sobre los problemas de organización. Llamo la atención sobre la importancia del proyecto que se presenta y pido a los compañeros delegados que lo estudien con detención, para que luego puedan vulgarizarlo entre los afiliados de los Partidos respectivos. Frecuentemente se habla de bolchevización de los Partidos; es claro que nuestros máximos esfuerzos deben realizarse, por cumplir con dicha bolchevización; pero es el caso que la mayor parte de nuestros militantes no alcanzan a comprender con exactitud lo que quiere decir bolchevizar. Es indispensable que los Partidos dediquen preferente atención a la divulgación de los conceptos de la Internacional Comunista sobre los problemas de organización de los Partidos. Declaro mi conformidad con el proyecto de resolución presentado a la Conferencia y reservo algunas observaciones de detalle que presentaré a la Comisión de redacción definitiva del citado proyecto. Nada más.

PELUFFO. (Argentina).- Camaradas: Yo intervengo sólo para referirme al problema de los bloques obreros y campesinos. Con el resto de la resolución, estoy de acuerdo. Manifiesto mi opinión personal, pues la delegación argentina no ha discutido este asunto. Quiero llamar la atención de los delegados sobre la forma en que la resolución encara el problema de los bloques, que es perniciosa, y determinará la formación de un nuevo Partido, al margen del Partido Comunista y que en la mayor parte de las veces, lo suplantará. He terminado.

YOLLES. (Argentina). - Compañeros: Efectivamente, como no se trata de una cuestión de principios, sino de intercambio de experiencias, la delegación argentina no ha trazado una línea absoluta con respecto a la forma de organización de los bloques obreros y campesinos. Mi opinión es favorable al proyecto de resolución leído por Ghitor, y me parece que Peluffo no ha comprendido realmente, cuál es el contenido de los bloques, forma organizativa del frente único por la base, porque de haberlo comprendido, no se opondría al proyecto de resolución presentado, que tiende justamente a diferenciar la función de los bloques con las del Partido. Nada más.

GHITOR. (Miembro informante). - Camaradas: Como no se formularon objeciones al informe presentado y al proyecto de resolución leído, creo que se podrá aprobar y luego darle redacción definitiva en la Comisión.

El compañero Gabrinetti habló de la necesidad de prestar un poco más de atención a los problemas de organización y eso es totalmente justo. No tendremos partidos aptos para la acción de masas mientras cuenten con las deficiencias de organización que tienen actualmente. Bolchevizar los Partidos - ya lo dijo Gabrinetti - significa no sólo proporcionarles una línea política justa, adaptable a la situación latinoamericana, sino modificar su organización, haciéndola más flexible para la acción de masas.

Sobre el problema de los bloques estoy de acuerdo con lo expresado por el compañero Jolles. No existe el peligro de que sustituyan a los Partidos, desde el momento que se organizan sobre la base de las adhesiones colectivas sin determinar cotizaciones especiales ni carnets para sus miembros. En efecto, véase lo que dice a ese particular la resolución:

"La organización de los Bloques obreros y campesinos no significa que la tarea de masas de nuestro Partido ha de cesar para realizarse por intermedio de los Bloques; ese sería un gravísimo peligro; transformaría, prácticamente, a los Partidos, en Partidos de bloques obreros y campesinos. El Partido debe asegurar siempre su fisonomía propia y debe realizar su actividad de masa con la mayor intensidad, sin que ello signifique obstaculizar los trabajos de los bloques".

La preocupación del Partido debe ser, entonces, la de no perder en ningún momento su fisonomía política propia, la de continuar realizando sus agitaciones, propaganda especial, etc. Sería peligroso que la inactividad del Partido determinase en la práctica su sustitución por los bloques obreros y campesinos. Nada más al respecto. (¡Muy bien!)

Véase '' Correspondencia Sudamericana'', Nº 15.


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